Española nacida en La Coruña de ascendencia sueco-germana, estudia en Madrid con Cubiles y Carra y posteriormente en Bucarest, donde trabaja con Florica Muzicescu.
Con Muzicescu asienta las bases para una consciencia pianística y musical en el estudio y la visión de las partituras, lo que le abrirá nuevos horizontes. Tras el fallecimiento de ésta, recibe valiosos consejos de Zubeldia en Bilbao, Hansen en Hamburgo, y Maria Curcio en Londres.
El encuentro posterior con Sergiu Celibidache, para quien hace una audición siendo aceptada por él como solista, resulta definitivo para su formación y su carrera.
Imposible agradecer suficientemente el privilegio que supone el haber tenido estrecho contacto musical tanto con Muzicescu como con Celibidache, ambos rumanos, a quienes considera sus padres musicales.
Fotografía de Elena Martín.
Para Cristina Bruno el ser humano es, aparte de la música, su otra gran pasión. Por ello ha ampliado desde hace muchos años su actividad profesional al descubrir una capacidad totalmente intuitiva de conexión y empatía con las personas, para quienes improvisa su música personal. Ofrece conciertos de improvisación, en los que se tratan temas candentes de la Humanidad, de la Tierra, de los tiempos que vivimos, etc. Ha dado charlas con ejemplos musicales sobre "Efectos terapéuticos de la música" y "Música, educación y consciencia" en el Auditori de Barcelona y en la Universidad de Granada.
Cristina Bruno también da lecciones magistrales; siempre es un privilegio y un deber sagrado compartir con los jóvenes la propia experiencia.
Fotografía de Daniel García Bruno.